la VIA ESPAÑA en el Monte Spider, en Parque Nacional de Mt.Baker-Snoqualmie, 1978

foto de Ethan Welty, sale la luna ente el Monte Spider y el Monte Formidable. (Hidden Lake Peaks, parque nacional North Cascades )



LA "VIA ESPAÑA" DE LA CARA SUR DEL MONTE SPIDER

El Monte Spider (2.526 metros) de la Cordillera de las Cascadas, se encuentra enclavado dentro del Bosque Nacional del Monte Baker-Snoqualmie, región del glaciar del pico Wilderness, en la misma divisoria principal de la cordillera, entre el arroyo Flat y la bifurcación media del río Bascada, a unos seis mil kilómetros del paso del mismo nombre.

La situación geográfica del Spider es, aproximadamente, de 121° de longitud Oeste y 48° 24' de latitud Norte; es decir, algo más septentrional que los Alpes. El famoso alpinista Fred Beckey, en su guía de las Cascadas, dice: «Es un macizo con un flanco norte de corte muy alpino, que sube en fuerte pendiente desde el circo que forma el extremo oeste del arroyo Flat, con un desnivel de más de 1.500 metros, por donde se extiende el glaciar colgado de Spider, separado por la arista N. O. de la montaña del glaciar Cascadas Medio».

Su larga cumbre tiene varias cimas, siendo la más alta la central, creciendo entre sus rocas desintegradas flores en miniatura. destacando la «timberline phacelia», la «hulsea algida» y la "moss campion". La montaña tiene, en general. reputación de poseer mucha roca descompuesta, cuyo color rojizo mancha la nieve y glaciares.

Su larga cumbre tiene varias cimas, siendo la más alta la central, creciendo entre sus rocas desintegradas flores en miniatura. destacando la «timberline phacelia», la «hulsea algida» y la "moss campion". La montaña tiene, en general. reputación de poseer mucha roca descompuesta, cuyo color rojizo mancha la nieve y glaciares.

La ubicación al norte de la cordillera de las Cascadas, con sus pendientes neveros colgados de la cara Norte, parecidos a una araña -de ahí su nombre de "Spider", dan a la montaña un aspecto característico y han inspirado desde antiguo muchos comentarios montañeros.

Es en el año 1936 cuando se produce el primer intento de escalada del Spider, por Forest Farr y Art Winder, a través de la pendiente oeste, teniendo que desistir a causa de la piedra descompuesta de la cara Sur.

La primera ascensión la realizan C. P. Bressler, R. W. Clough, B. Cox y T. Myers, el año 1938, siguiendo la ruta Sur o S. O.
Después, en el año 1947, se realiza otro asalto por el Oeste o N. O., también frustrado ante la descomposición de la roca. Finalmente, en el año 1953, fue encontrada la ruta correcta de subida por el lado S. E., y en los años 1972 y 1976 se abren otras vías por la cara Norte.           


El 31 de julio de 1978, casi a las siete de la tarde, alcanzamos por fin la cumbre del monte Spider, donde comemos algunas cosillas con rapidez y sacamos algunas fotos. 
                                     
Arista Mont Spider

Recuerdo el amanecer de este día, casi debajo del monte Formidable, viendo hacia arriba a la derecha el collado que lo separa del Spider. Todos han dormido entre las rocas, mientras yo preferí hacerlo sobre la misma nieve que estaba algo más lisa y blanda, lo cual me lo agradeció mucho la espalda, harto castigada tras dos días fatigosos empleados en llegar hasta aquí, atravesando los neveros hasta situarnos debajo de un corredor de la cara Sur del monte Spider, donde iniciamos la escalada.


La expedición está compuesta por el jefe de guías del monte Baker, Dunham, un guía australiano Geoffray Bartram, y sus dos clientes Dr. J. Halsey y Dr. J. Boyes. Como todos me ceden amablemente el paso, comienzo de primero a ascender por el «Corredor», saliendo de la rimaya por una pendiente de hielo que en principio tiene unos 45° de inclinación para aumentar hasta llegar finalmente hasta los 60°, tras los cuales vuelve a suavizarse.

Dada la situación de este embudo, resguardado de los vientos por todos los lados, la nieve se ha recalentado rápidamente por el fuerte sol, poniéndose muy blanda y pegándose en cantidad a los crampones, formando peligrosos zuecos. En consecuencia, me voy hacia la rimaya para estar protegido de la caída de piedras, quitándomelos y continuando luego escalando por la roca de la parte derecha del corredor, donde doy algunos pasos difíciles, pues la piedra está completamente pulida por la acción del hielo en su rozamiento continuo a través de los siglos.

Llego a una pequeña reunión y, como no puede juntarse el que me sigue, en este momento el guía australiano, continúa hacia arriba, y cuando se encuentra unos metros por encima se le cae el piolet, que da contra unas piedras sueltas. Mas como todo aquí es inestable, estas piedras al desprenderse arrastran a otras cayendo todas juntas hacia el corredor con estruendo. Pensamos asustados en los que se encuentran debajo, pero afortunadamente sus voces nos advierten de que su salud es buena.

Paso de primero nuevamente y continúo hasta llegar a un collado, situado en la divisoria al lado de una gigantesca aguja de roca, desde donde se puede contemplar la ladera norte de la montaña, donde el colgado glaciar Spider y el del medio aparecen muy abajo.

Reunidos todos, continuamos arista arriba con pasos de alguna dificultad, que hacen pensarlo y asegurarse a todo, ya que la piedra está totalmente descompuesta y hecha prácticamente tierra, no existiendo lugar alguno donde agarrarse que no se rompa. Da la sensación de que un simple tropezón te lanzaría directamente al glaciar, situado unos mil metros por debajo.

Finalmente conseguimos pasar la tierra, no se puede llamar a esto de otra forma, alcanzando un saliente de roca segura, setenta metros más arriba. ¡Respiramos tranquilos!
Seguimos avanzando por la arista rápidamente, pues voy metiendo prisa a todos, aún a costa de pasarme de pesado, pero es ya tarde y la cumbre todavía no se ve.

foto: Sherman Crater del Mt.Baker

Los ojos me lloran y pienso que la nieve me ha cegado, aunque me extraña, ya que llevaba puestas las gafas desde la salida del sol. Sin embargo, como afecta a todos, pensamos un poco incrédulos que a causa del azufre, su fuerte olor lo envuelve todo, procedente del volcán del monte Baker, cuya columna de humo saliendo por su cima se ve a lo lejos por lo menos a unos cien kilómetros de                                                                                              distancia.

Un resalte de rocas, bastante colgado hacia la cara Norte, permite ver a los pies, junto a la pared, las negras grietas del glaciar. ¡Da verdadero miedo!

Finalmente, unas rocas fáciles nos conducen tras otra arista y otro nuevo resalte hasta la cima, a la que llegamos todos corriendo.

A lo lejos, más allá del paso de la Cascada, de donde veníamos después de casi tres horas de subida por un camino dentro del bosque, se alzan majestuosos los montes de El Dorado, Torment y el pico Forbidden con sus blancos, relucientes y enormes glaciares en derredor. Al Sur se levanta, encima de un lago completamente verde, la inmensa masa de hielo colgado del gigantesco glaciar del pico La Conte, y más allá se alza lejano, vigilante de las demás cumbres, el monte Rainier (4.394 metros).

... Y así, absortos en la belleza de los miles de picos que se extienden alrededor, comenzamos el descenso.



© Francisco Caro Serrano
(publicado en Revista de Alpinismo Peñalara, año 1979, num. 417)




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